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El futuro nos ha alcanzado y aunque noticias como real Internet al alcance de la mano ya no nos asombran, que les parece esta. Científicos de París han creado una tela elástica que al parecer se auto repara. Si, solita, sin ninguna intervención más que la de una ligera presión con las yemas de los dedos. Si queríamos algo en verdad innovador ahí lo tenemos.
Señoras y chicas, olvídense de una calceta rota o unas medias agujereadas, caballeros, olvídense de pantalones y camisas rotas. La tecnología a llegado en socorro de todas las vergüenzas que podríamos pasar si nos llegaran a suceder este tipo de accidentitos. Bien, chicos, déjenos con algo de dignidad intacta.
El perrito de la casa trae mordidos los tenis, las pantuflas o los pantaloncillos de los niños. Digan adiós amas de casa. Solo tengan paciencia, aunque no tanta. Para unos 7 años esto de las telas auto restaurables se podrá convertir en una verdad tan común como cualquiera de los adelantos que nos han caído del cielo, gracias a dios.
Bien, pues como funciona esto, se han de preguntar. Parte de la respuesta la tuvo Charles Goodyear hace más de un siglo cuando inventaba en su taller sin querer queriendo la Vulcanización. La otra mitad de la historia terminó en Europa con unos universitarios de un centro de investigación química.
Lo lograron de esta forma. El caucho, con sus capacidades de flexibilidad, dureza y permeabilidad, tiene dichas condiciones por sus fuertes enlaces atómicos acomodados en redes. Lo que les permite volver a su estado natural después de una contracción o estiramiento sin romperse.
Lo que hicieron estos químicos, fue, mediante un ataque químico con hidrogeno, carbono y nitrógeno, transformar aquellas mallas de enlaces en pequeños lazos pares acomodados en fila. El resultado fue que cuando acá arriba se rompiera la tela, allá abajo atómicamente se desprendían los átomos también.
Ahora, debido a que los enlaces necesitan asociarse para existir y basándose en esa propiedad, basta solo con unirlos un poco físicamente para que por un lado un enlace reclame un átomo y por el otro un enlace ceda un átomo. Acción que crea la auto reparación o auto reconstrucción.
Ah, ya es un hecho, no solo son prototipos. Hará falta solo la apropiada presentación de la tela mágica y una marca o firma quien la produzca y la comercialice. Verán que las compañías se arrimarán tan rápido como lo oigan sus inversionistas oídos.
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